Sí, el secreto profesional es una obligación fundamental.Todo lo compartido por el cliente—ya sea personal, verbal o emocional—debe permanecer estrictamente confidencial.Esta confidencialidad es la base de la relación terapéutica.
El terapeuta no puede revelar ninguna información sin el consentimiento explícito del cliente, salvo en casos previstos por la ley. El respeto a la privacidad garantiza seguridad y confianza mutua.